Vagando entre miles de caras detuviste mi mirada, frenaste
mi vida en una fotografía. Una dama, una niña, una rosa, una
espina, te conocía sin conocerte y te había visto sin verte.
Eres exacta, así te imaginaba, mujer plena, radiante,
desbordas la belleza y la sensualidad corona tu cabeza. Dos
rosas llevas en tus pechos, entre finos broca dos se adivinan
tus encantos, no necesitas ni una joya contigo basta y sobra.
Mujer lejana, mujer divina piensa en lo mucho que te amo,
vocablos que pongo en tus labios que penetran y te
envuelven en mis brazos. Cruel resulta la existencia al
hallarte después de tantos años, al saber que existes en la
tierra y al haberte puesto en otras manos. ¿Cuántas horas
pienso en ti? ¡No lo sé! ¡Sólo sé que estoy pensando en ti!
Como en altar te tengo en mi pantalla y como a una diosa te
rindo pleitesía a sabiendas que nunca serás mía.
mi vida en una fotografía. Una dama, una niña, una rosa, una
espina, te conocía sin conocerte y te había visto sin verte.
Eres exacta, así te imaginaba, mujer plena, radiante,
desbordas la belleza y la sensualidad corona tu cabeza. Dos
rosas llevas en tus pechos, entre finos broca dos se adivinan
tus encantos, no necesitas ni una joya contigo basta y sobra.
Mujer lejana, mujer divina piensa en lo mucho que te amo,
vocablos que pongo en tus labios que penetran y te
envuelven en mis brazos. Cruel resulta la existencia al
hallarte después de tantos años, al saber que existes en la
tierra y al haberte puesto en otras manos. ¿Cuántas horas
pienso en ti? ¡No lo sé! ¡Sólo sé que estoy pensando en ti!
Como en altar te tengo en mi pantalla y como a una diosa te
rindo pleitesía a sabiendas que nunca serás mía.
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